Primer encuentro de cuatro subecerros en la bomba de Arrayán después del terremoto. Nos quedamos un largo rato ahí, pues nos dimos el tiempo para escuchar a cada uno de los presentes como había sido para él o ella, el terremoto; cómo se lo había vivido.
Cada caso es una apertura de esa persona y de las emociones que quizás anda acarreando y que necesitan hablarse. Yo escribí mi vivencia aquí.
Andaba mal de la planta del pié; fasciitis plantar.Por eso, gentilmente, el grupo acogió un paseo más bien plano, por la ruta hacia el interior de la Ermita. La verdad fuimos nuevamente al balneario donde celebramos el fin del año pasado.
Andar lento, fue para la conversación profunda, exploratoria, franca. No se porque me vi conversando mucho de la meditación. Ah, era por la forma o la vía en que un nueve del Eneagrama como Pancho y yo, podiamos acceder a niveles del ser más profundo, y quizás, entrar más en contacto, en más profundidad, personas bastante desconectadas como nosotros, que andábamos con problemas físicos que quizás son somatizaciones de cosas a las que no accedemos.
Anduvimos ejercitando el ir caminando, muy atentos a nuestros cuerpos, a lo que ibamos viendo frente a nuestros ojos, al ruido ambiental, a la presencia de los otros, tan presente y a la vez tan aparte que puede ir cada uno. Ejercitamos quizás un poco de meditación andando. Buena cosa.
Saltamos la reja ahí en esas rocas y entramos a un terreno medio privado, que igual sin interferencias nos llevó al río, nuestro destino.
Subimos un poco aguas arriba y echamos anclas. Nos comimos unas ricas naranjas que trajo Pancho. La Rebeca me masajeó mi pié dolido. Y luego ella se fue al agua. Agua que cada día disfruta más. Yo no quisé someter a mis pies a las piedras del fondo del rio, así que quedé sin bañarme a pesar de que traía trajebaño.
Mucho sapito en el borde del pequeño río; incluso huarisapos con largas patas que iniciaban su exploración terrenal. Increíble; comentamos como lo hacen estos animales para respirar en el agua y en la tierra sin problemas. ¿Tendrán branquias y pulmones? Pregunta para el que sepa la respuesta.
La vuelta fue más silenciosa. Mi pie ya estaba en dolor franco. Llegamos al auto y bajamos camino a Santiago, lentamente, como quien la verdad no quiere llegar muy pronto, eludiendo abundantes ciclistas y atentos a las rocas y desprendiemientos nuevos producto del terremoto de días pasados.
Invitamos al resto de los subecerros a que se vayan sumando, que la temporada la damos por iniciada después del verano.
Bueno el paseo caminata, fué un placer compartir con sapos y culebras el aguita que estaba esquisita, como tambié bueno compartir la mañana con buenos amigosy mejor conversación. Las fotos geniales. Cuídate el pie para la próxima.
ResponderBorrarme alegro mucho se hayan reanudado los paseos. El cerro - como lo hemos comprobado muchas veces - invita a intimas confesiones y a desplegar emociones. Creo que todos lo necesitamos en estos momentos.
ResponderBorrarMe encanta como escribes, Gabriel. No me pierdo los posteos y es estar CON ustedes.
ResponderBorrarIgual sabemos que el Tiempo y el Espacio son constructos gracias a los cuales la Mente puede funcionar, ya que, no se pueden superponer dos eventos ( dos pensamientos, por ej...) necesitan presentarse en forma sucesiva lo que implica de inmediato la dimensión espacio-tiempo...)
Entonces, estos miles de kilómetros que aparentemente nos separan y el tiempo requerido para trasponer esa distancia realmente no tienen peso real en mi relación con todos ustedes, mis queridos compañeros de tantas " meditaciones - caminadas " como bien las llamaste, Gabriel.
He estado, pues, y más que nunca en estos difíciles y dolorosos días junto a todos y cada unos de ustedes...Y me alivia saber que todos están bien, al menos íntegros!
Un abrazo muy cariñoso,
Jeanie.