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domingo, 23 de noviembre de 2014

A la quebrada de los Parques con Fernando Saavedra

Esta vez incorporamos en el grupo a Fernando Saavedra, del que ya hemos hablado. Lo pasé a buscar a su casa en el barrio Bellavista y después propusimos al grupo su idea de paseo a la quebrada de Los Parques, en el Santuario de la Naturaleza, del Arrayán.

Anne Marie, Fernando, Dirk, Gabriel, Isabel, Victor, José y Pancho
Llegamos antes, unos 15 minutos, así que me acompañó a tomarme un café a la cafetería. Desde ahí veía como llegaban el resto de los comensales, en un día plagado de bicicletas, pues era día de carrera por la ruta a Farellones. La opción de Fernando, por una ruta distinta, no podía ser mejor.

en vez de la Anne Marie, Eugenio
Llegaron 9: Eugenio, Anne Marie, Dirk, José, Víctor, Pancho, la Isabel, más Fernando y yo, Gabriel.

Fernando adelante; lo sigue Eugenio, la Isabel,
Victor y la Anne Marie
Tres lucas por persona a la entrada del Santuario de La Naturaleza. Nos internamos un poco en los tres autos que íbamos, siguiendo las indicaciones de Fernando.
Esto es un poco adentro, pasado la zona de picnics, como hacia la derecha.
A la vuelta este lugar, a esa hora de la mañana vacío, estaría lleno de autos, gente y asados por aquí y por allá.

Dirk, Anne Marie, Isabel, José, Víctor y Pancho
La ruta parte en una subida relativamente empinada, hasta una cima donde está la base de unas torres donde antes por ahí bajaban el mineral en sacos, de la Disputada.
De ahí en adelante, vamos en una muy suave subida, que más parece una caminata plana, de un lado al otro de esta quebrada seca.

después de una puerta por la que pasamos
El sendero está bien marcado. Hay arboles por lado y lado, por lo que el sol no será lo implacable que podría ser en una subida tradicional.
Mucha flor, mucho ruido de pájaros cantando. Fernando nos hacía detenernos de vez en cuando a escuchar.

flor
Subimos en fila india, siguiendo a Fernando, que a sus 83 años, subía a su ritmo mas bien lento. Eso hacía que fuera un ascenso de mucha observación y escucha, aparte de las habituales conversas con el de atrás o el de adelante.

José
De repente pasamos a Fernando unos cinco y arremetimos más rápido. Yo me quedé esperando al grupo de Fernando, pero Dirk y Pancho siguieron adelante, pues Dirk quería volverse antes, cosa en lo que Pancho lo acompañó. Pasaron de vuelta y nos dijeron que más arriba había un agua y donde bañarnos.

descanso y comida de cumbre
Llegamos a lo que yo llamé la cascada y el posón, que mas bien era una manguera que soltaba un chorro que caía en una tina, que más operaba como bebedero para los animales que por ahí merodeaban.

Pancho en primer plano
Ahí hicimos nuestro alto de cumbre y comimos las frutas y comestibles que llevábamos. En un día de más calor, alguien se habría sumido en la tina. Yo al menos.
Más tarde llegó Fernando, que se había detenido antes, diciendo, sigan ustedes que yo hasta aquí llego.
Bueno, llegó y compartió algunos de los alimentos.

bajando
Bajamos, él por delante, esta vez él cantando. Una práctica que parece solo hace en el descenso, por temas de aire, disponibilidad de aire en los pulmones, que van más tranquilos que en el ascenso.
Mucha canción romántica; mucha intensidad emocional. Un deleite.

Víctor en primer plano
Nos instó a cantar nosotros y fuimos un grupo mas bien mudo, El único que sacó la cara fue Eugenio, que al parecer, es un eximio cantor. Tendremos que verlo.

El descenso fue lento, bastante contemplativo y en el disfrute de las canciones de Fernando.
Llegamos a los autos, dos de ellos, pues Dirk ya había partido con Pancho en su furgón escolar.
A los autos y ahí la despedida oficial,

De ahí fui a dejar a Fernando, con el que quedamos de seguir conversando de nuestros antepasados comunes.

 

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