Amaneció nublado, pero con reflejos de sol en los bordes cordilleranos. Así, en el punto de encuentro estaba completamente despejado. Sería un delicioso día despejado con una permanente brisa fresca, que lo hizo inmejorable.
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acordamos cambiar el horario del encuentro de las 9 a las 8:30 !!
Siete nos encontramos para subir: la Soledad, que llegó con Francisco (Kiko) Schmidt, Pancho, Dirk, Victor, José y yo, Gabriel.
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apeándonos |
Decidimos irnos a la Ermita, entrar en auto, llegar al río Covarrubias y subir por el borde izquierdo del río, aguas arriba.
Nos fuimos todos juntos en el transporte escolar del tío Dirk.
Buena onda genera, esta conexión con ser un poco niños ya pasados, algo chacoteros con el tío Dirk al volante.
Cruzamos el río, que parece mojó algo en la cablería del motor, cosa que después aparecería.
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Pancho saltándo; Dirk ayudando |
El afluente del Covarrubias traía su resto de agua, por lo que su cruce, fue una maniobra. Algunos requirieron ayuda.
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cactus en flor |
La ruta es relativamente suave, subiendo y bajando. El paisaje lleno de flores, con todo el pasto verde y crecido, como en los mejores tiempos primaverales.
Varias detenciones para contemplar y apreciar el río allá abajo, con sus atractivos posones para más adelante en el verano.
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la Soledad salta, ayudada por Dirk |
Hay un punto habitual hasta donde llegamos y donde bajamos al río. Bueno, nos pasamos; su resto.
Cuando quisimos bajar al río, consideramos que lo mejor era retroceder y buscar nuestro habitual punto de descenso.
Lo hicimos pero la bajada no estaba muy fácil. Bajé yo primero y detrás siguió Víctor, que en una parte lo vi deslizándose peligrosamente literalmente de espaldas. Los demás vieron esto y nadie más quiso bajar.
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flor roja |
En el río fuimos solo dos y el resto figuraba literalmente vertical sobre nuestras cabezas. Pancho nos tiró dos naranjas, una de las cuales dio bote en la espalda de Víctor.
Bueno, disfrutamos del descanso, sentir y ver el río a nuestros pies y comer algunas cosas.
Subimos con alguna dificultad y nos reunimos con el grupo, para tomar nuestro camino de vueltas.
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Soledad, Quico y Dirk |
De repente vi que nuestro nuevo integrante, Francisco, no se veía atrás. Le dije al grupo que siguiera y me quedé esperándolo.
Apareció y nos fuimos juntos una buena parte del camino, con el resto bastante mas adelante, en animada conversación. Si hasta un proyecto elucubramos.
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Víctor, Dirk y José |
En el afluente nos esperaban algunos del grupo, que nos observaron saltar las aguas.
Llegamos juntos al auto, pero antes unos niños nos dijeron que habíamos dejado las luces prendidas.
Estaba Dirk al volante y Pancho al lado y le dijimos a Dirk que hicieran andar el motor. Y efectivamente, estaba totalmente muerto; ninguna luz se prendía al dar contacto. Dirk palideció.
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a empujar se ha dicho |
A empujar se ha dicho, con comentarios e intervenciones a nivel de batería y motor, de los mas avezados.
Primer intento; segundo intento. Nada.
Plan B. Un par salió a pedir ayuda a unas personas que estaban al otro lado del río, sin éxito.
Fue José, que se metió en los cables e interruptores, el que logró que la corriente circulara mejor, y en el siguiente intento de empujar, partió !
Aleluya ! Todos arriba y nos fuimos muy contentos.
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flores amarillas |
Ya en la carretera, avisamos a nuestras casas del atraso, pues llegaríamos cerca de las 3 a nuestras casas. En los autos nos despedimos rápidamente y salimos soplados, cada uno para su lado.