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lunes, 4 de enero de 2016

Empezando el año 2016 en los alrededores de la Ermita

Cuando llegamos (Eugenio) con la Isabel, estaban Dirk, con su liebre escolar, y la Soledad. En los siguientes minutos llegaron Gabriel acompañado de la Maribel y Cecilia (que venía por primera vez), la Jeannie, mucho tiempo sin verla, y Pancho.
Hubo rápido acuerdo de partir a caminar por el borde del río desde el sector de la Ermita, buscando la sombra en un día caluroso aunque semi nublado. La Maribel andaba con las rodillas averiadas así que pedía que no hubiera mucha subida.
Seríamos nueve los que nos subiríamos a la liebre de Dirk, no sin antes darnos los abrazos de año nuevo.

adelante Cecilia y Jeannie
Esto de transportarnos todos juntos le dá un toque especial a las caminatas, ya que la conversa se empieza a armar desde la liebre misma.

Isabel, Jeannie y Soledad
El portón estaba cerrado y con un lapidario "no insista", así que insistimos, Pancho abrió y apareció una persona a cobrarnos la entrada, luego de llegar a un acuerdo favorable para ambas partes, entramos. Al llegar al lugar donde estacionamos estaba el auto de Fernando Saavedra, de quien nos veníamos acordando en el camino ya que la Soledad y Jeannie se lo habían encontrado en este mismo lugar hace algunas semanas.

grupo analiza rutas posible
Nos fuimos por la cara norte del cerro, con el río sonando abajo. La primara parte es de muchos árboles, especialmente eucaliptus de tronco muy grueso y también algunos nativos quillayes y maitenes. Mucha zarzamora floreciendo y algunas ya formado frutos, la Soledad pasó el dato que la mermelada hay que hacerla con la mora bien dulce por lo que hay que cosecharla a fines de febrero o principios de marzo.

caballos pastando
La ruta no era muy conocida así que hubieron algunas vacilaciones, retroceder y volver adelante, especialmente en zonas con mucho matorral, en las que buscábamos una bajada al río. Gabriel se adelantó con la Maribel y la Cecilia y cruzaron el río por un puente colgante del centro de eventos Antawaya. Había varios otros puentes del mismo centro, y también unos cables para cruzar colgado como haciendo canopy.

roca del ágape a la orilla del río
grupo en la roca del ágape
Nos reunimos al lado norte del río y en una roca grande nos instalamos al pic nic, que, por tratarse de la celebración de año nuevo, tenía algunas sorpresas. La primera, un pan de pascua hecho por la Consuelo, que se lo dejó a Gabriel, ya que ella no podía venir. hay que destacar la fuerza su voluntad, que permitió reservarlo intacto ya que estaba realmente delicioso. Otros llevaron frutas, cerezas, naranjas, galletitas con paté, cerveza. La Cecilia portaba una petaca con whisky que convidó a varios.
El ánimo era de celebración y las cosas ricas fueron rápidamente devoradas, acompañadas por los líquidos etílicos.

Jeannie, Pancho, Isabel, Eugenio, Dirk, Soledad
media Isabel, Eugenio, Dirk, Soledad, Cecilia, Gabriel
Quizá animado por el contenido del pic nic, Gabriel porfió con irse por la ladera sur del río. La Jeannie se opuso tenazmente argumentando que la caminata por ese lado sería más fome y asoleada, Gabriel propuso entonces que los que quisieran se volvieran por donde vinimos y él con los demás, finalmente todos optamos por irnos en un solo grupo y caminar por la ladera norte que resultó efectivamente mas asoleada pero -cosa que no se había previsto- nos permitió apreciar las lindas praderas verdes y gran vegetación del costado sur.

Cecilia pasando el puente colgante
A medio camino -creo que para moderar las críticas- Gabriel propuso volver a cruzar el río, lo que implicaba devolverse un buen trecho hasta alcanzar un puente, idea que fue descartada, esta vez por un enérgico Dirk con la autoridad que le daba el tener las llaves de la liebre escolar en que teníamos que regresar todos.

foto desde arriba de la roca, con su vista del río
Llegamos a la liebre y el auto de Fernando ya no estaba, es que es muy madrugador nos contó Gabriel, debido a que vé poco trata de salir más temprano para evitar toparse con muchos

por el camino de vuelta
Un muy buen paseo, agradables conversaciones, muy buen transporte a cargo del "tío" Dirk, el clima agradable, con vientos frescos a ratos, el pic nic en la roca, memorable. Digno de la primera caminata del año.

Cecilia
(texto de Eugenio Lagos)

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