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domingo, 7 de agosto de 2016

Con dos retornados, por donde Bernabé en la Ermita

Día frío. Llego a la Shell y solo está la Soledad. Muy rápidamente van llegando, muchos. Fuimos 12 este día.
Cuando llega Dirk le pregunto por Fernando Saavedra. Está en el auto. Dudo y me arriesgo y voy a ver. Ahí estaba. Lo saludo y finalmente se baja y va a saludar al grupo. 84 años tiene el hombre.
Él impondrá el destino de ese día. Será por la casa de Bernabé, en la Ermita. Y para allá partimos en cuatro autos.

cruzando el puente colgante
Ojo que en este día llegaron, desde mi perspectiva dos retornados, la Carmen Gloria Fuentealba y Tito López. La Carmen Gloria ya había venido, yo no había estado. Tito era primera vez en años.

José y la Soledad adelante
Aparte de los ya nombrados, están la Consuelo, Pancho, José Salinas, José Manuel Salinas con la Lily, Eugenio y yo, Gabriel. Doce; buen número.

Fernando Saavedra
Llegamos en auto hasta el costado de la media luna al lado del río, en la Ermita. Cruzamos el puente colgante y llegamos hasta la casa de Bernabé, un poco más arriba. No estaba, nos metimos y atravesamos a los potreros de atrás.
Fernando nos guió cerro o potrero arriba, hasta meternos al bosque, cruzar un canal y dar con un sendero que seguía hacia la derecha, paralelo al canal, pero más arriba.

Carmen Gloria, José Manuel, Lily, Consuelo y Pancho
La conversación era animada, de a parejas o pequeños grupos. Fernando se cansó y pidió siguiéramos nosotros y que a la vuelta, por ese mismo camino, lo encontraríamos. No nos gustó mucho la idea, pero su lentitud y su insistencia nos convencieron.

Tito sacando la foto
El camino emboscado, hermoso. Veíamos el canal, que corría poco más abajo, en sentido contrario al que llevábamos. Caminamos un buen rato hasta que se produjo una bifurcación, en que un camino iba para abajo y otro para arriba. Opté por el de bajada, que rápidamente me llevaba a cruzar el canal y torcía a la derecha. No, paré y les dije a los demás que retrocedieran, que tomáramos el de subida.

Tito, arriba a la derecha
Tampoco era y nos llevó cerro arriba en empinado ascenso. Llegamos a una cumbre y ahí establecimos nuestra cumbre, donde nos sentamos, comimos y conversamos.
Intentamos pedirle a Pancho que pusiera un tema de conversación, pero al final el tema fue si los celulares estaban deteriorando la calidad de la comunicación; especialmente entre los jóvenes.
No hubo consenso, pero si varios puntos de vista.

algo les explica Fernando
Sin muchas ganas, disfrutando de una maravillosa vista a la parte de atrás del Provincia, nos pusimos de pie e iniciamos el retorno.
Mucho más abajo, ya cerca del punto de cruce del canal, por donde habíamos ingresado, encontramos a Fernando, feliz de la vida y cantando.

José Manuel y la Lily
Llegamos hasta la casa de Bernabé, que esta vez si estaba y con invitado, disponiéndose a una parrillada bien equipada con carnes y pollo. Nos detuvimos a departir con él un rato, mientras la Carmen Gloria le dio comida a un perro que había ahí. Ella acarrea comida para perros, como parte de su indumentaria habitual. Para que vean como ama a esos animales.

la Carmen Gloria alimentando a los pollos
Nos despedimos, cruzamos el puente colgante y a los autos, de vuelta.
Con Fernando, paramos en la casa del Charol, que nos contó de sus dificultades para dejar entrar gente por su entrada, pero prometió que a nosotros, muy probablemente por nuestra relación con Fernando, nos dejaría pasar.

anduvimos por esos bosques de la izquierda
Y eso fue. Un tremendo y alegre grupo.

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