Páginas

domingo, 6 de mayo de 2018

Por una nueva ruta en la zona de la Ermita

Ahí estaba ya la Soledad cuando llego.
Detrás llega Eugenio y más tarde Pancho. Cierran el grupo Andrea y Miguel, nuestros amigos alemanes, que vienen llegando de una visita a uno de sus hijos que los dejó Opa y Oma, o abuelos, por primera vez.

la Soledad muy concentrada
Alguien propone ir a la Ermita y para allá partimos, sin mucha claridad de la ruta que tomaríamos.
Nos vamos en dos autos (éramos seis), el de la Soledad y el mío.

Miguel y detrás su mujer Andrea; por suerte no pasó nada
Intentamos una ruta frecuente, pero nos encontramos con una nueva puerta, con cerrojo. Y una casa más abajo, claramente habitada, con perros sin duda, pues veíamos su casa (la del perro).
Retrocedimos y nos fuimos a tomar el paso por la ruta de los tubos.

Pancho feliz, arriba en la bocatoma
El puente estaba casi inexistente, por lo que la cruzada no estuvo exenta de riesgos.
Pasamos sin problemas, pero el sendero estaba prácticamente borrado. Claramente el poco tráfico había hecho sus efectos.
Nos salimos varias veces de la ruta, pero siempre la volvíamos a encontrar. No sin ciertas dificultades llegamos arriba, a la bocatoma.
Un pensamiento era no volver por esa misma ruta.

subiendo Eugenio, la Soledad y Pancho
Después de la bocatoma, seguimos por encina de camino pavimentado que era la tubería del agua de acceso a la central, ex central, hidroeléctrica.
Un camino peligroso, pues la vegetación de los lados ha crecido mucho sobre esta ruta y en los bordes muchas veces la altura era grande y una caída era no recomendable. Iba yo muy consciente, en el presente, dando mis pasos con cuidado. Imaginaba a todos en la misma.

zona de Bernabé
el río
Mucho más allá de lo que yo pensaba, Pancho indica un camino de ascenso. Lo tomamos y era tan claro que al llegar arriba les dije, asumo que este mismo camino continua de bajado por el otro lado. Dicho y hecho y ese camino tomamos para llegar al valle mismo, donde están los potreros y los campos que era nuestra ruta original.

bajando al río
el río
Caminamos más abajo en travesía por esos bosques de baja altura que ya conocemos, paralelo a unos canales. Hasta que encontramos la ruta de bajada, esta vez bordeando el potrero por el que muchas veces habíamos transitado.
Y llegamos abriendo como tres puertas, hasta la casa de Bernabé. Conversé con él preguntándole si había visto a Fernando Saavedra. Hacía tiempo que no lo veía pasar por ahí y que si lo llamaba o lo veía, que le diera sus saludos, los de Bernabé (ahí recordé su nombre).

Soledad, Pancho y Eugenio
Caminábamos ya de vuelta, llamándome la atención un cerco nuevo, que impedía el acceso al río, ahí a dos pasos. Recinto privado decía en alguna parte. Se veían instalaciones de camping y parrillas para asados. Alguien se apropio del borde del río y lo comercializa. Dudo de que ello sea legal.
Cuando terminó el cerco, poco más allá, bajamos al río y en una zona de arenas nos instalamos a comernos las cosas que teníamos para nuestra cumbre habitual. Naranjas de Pancho, varias cajas con frutos secos y mandarinas de la Soledad.
Veíamos al agua del río correr bajo unos sauces, una muy bella vista.

en el ágape de cumbre
pelando naranjas
Nos trepamos cerro arriba, eludiendo la nueva casa, cuando aparece un tipo en auto, increpándonos por no irnos por la calle y entrar por la portería como correspondía. Y que un perro .. Pancho lo confrontó y seguimos apuraditos, no fuera a ser que apareciera por arriba, perro en mano.
No fue así. Llegamos prontamente al camino y de ahí a los autos y a casa.

firmando un formulario de la Central de la Disputada que se llevaba Miguel
Un buen grupo, un buen día soleado, fresco al empezar, con una ruta inesperada, que al menos yo nunca había hecho.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario