
Hoy la clave de la caminata fué un pedido especial que tímidamente pronuncié en la
Terpel,
"hoy hagámosla cortita porque tengo un almuerzo",
(ingenuamente) pensando que diciéndo esto, la ruta propuesta sería tranquila y bueno....más
corta.,
!Aja
aa! sin titubeos ni dando tregua, la voz imponente del único masculino del grupo dijo
! entonces vamos al Alto y subimos rápido!!!. Nos miramos con la Mabel como implorando comprensión y compasión, pero bueno
..igual somos
valientes,
choras y
aperradas asi que partimos.
Nuevamente en
cuarteto formado por
Andrés y su hija
menor la
Clarita, la
Mabel y
yo, iniciamos el ascenso en trote
(casi). Los primeros
25 minutos llegamos sin problemas aparentes hasta la primera parada
oficial en donde
NO paramos porque según las indicaciones de nuestro guía
Andrés que asegura nos cansaría mucho más...
Sin paradas hasta arriba,
él propone.
En los siguientes
45 minutos ya estamos en la canaleta, otra
parada oficial...bueno ya,
(dijo Andrés),
! tomemos agua
!...un par de sorbos de la bebida
especial que generosamente comparten con nosotras el compasivo
dúo Reutter, para mejorar la capacidad del
corazoncito que a estas alturas ya vá galopando
( tiquitac).
Más arriba y para mejorar los
tiempos, nuestro guía nos enseña una
marcha de poder que consiste en caminar en bloque pisando las huellas dejadas por el lider,
1. Buen ejercicio para mantener la atención,
2. Para cansarse menos
3. Para sostener el ritmo al caminar.
Todo esto mientras nos contaba de
Carlos Castañeda y sus viajes chamánicos con un grupo de mejicanos. La
Clarita asombrada con sus historias se reía mucho y de
cuando en
cuando volaban adjetivos bacanes de hoy como: viejo
cool, viejo
frick...
(¿quién lo diría no
?... !qué hippie!).
Aunque el entusiasmo continuaba, la última parte de la subida la hicimos en dos grupos, el ritmo había que respetar asi es que como blancas y corcheas en la música del tambor, la marcha hasta el Alto sin parar ( casi ) en tiempos nunca antes tan medidos...en récord se convirtieron para estas aguerridas damas.
El dueto Reutter impresionado celebra nuestra premura y nos sale a recibir invitando a descansar por algunos minutos bajo la sombra del NO naranjo que tiene el Alto. Los mosquitos se encargan de hacernos sentir poco gratos y más que comedores, fuímos comidos por estos insectos que mientras escribo este posteo inevitablemente recuerdo mientras me rasco.La
bajada se hace al
(casi) trote, con más de un
tropiezo por las piedras y sin
frenos para avanzar. Los
minutos jugaron en contra de las
rodillas nada menos que de nuestro
lider, que después del acarreo se comienza a
quejar y por momentos las
mujeres (sin contemplaciones) tuvimos que presionar a continuar al
ritmo alcanzado en rigurosa práctica impuesta por
él mismo.
Mientras nuestros amigos
Pancho y
Gabriel se pasean por aires de
arena y
mar: en
Santiago de
Chile, camino a
Farellones: un cuarteto de extenuados caminantes ha conseguido subir y bajar el Alto en
3 horas y
media.
!!Todo un récord!!