Los últimos dos domingos he subido al Alto del Naranjo, en un caso con la María Elena y el siguiente con la Rebeca y un buen grupo de buenos amigos. Apareció el cuñado de la Rebeca, Martín Wielandt, su antiguo socio Arturo Kutscher, su hija Jani y dos amigos mas que obviamente no recuerdo sus nombres; uno de ellos con su hijo, estudiante de arte, que arriba en el Alto se preparó un sandwich increíble, que llevaba lechuga, pepinillos, queso y pan de molde.
Subimos rápido. Resultó ser un grupo más experimentado que nosotros por lo que terminé la mañana bastante cansado, pero bien como ejercicio.
Wielandt es un animado conversador que nos hizo reír a carcajadas más de una vez.
El día estaba traslúcido; había llovido torrencialmente el día anterior, incluso con truenos y relámpagos en las zonas cordilleranas de la ciudad. El suelo estaba firme y el aire más fresco que lo habitual. Ni se nos pasó por la mente bañarnos. Quizás fue también por que acompañábamos a Kutscher que necesitaba llegar temprano a un almuerzo que se celebraba en su casa.
Estaré dos semanas fuera, así que retomaré mis paseos a los cerros con estos amigos en tres semana más.
Gracias Gabriel por las bonitas fotos y comentarios. De verdad fue un lindo paseo, seguro pronto se repita. Es de esperar que los compañeros de cerro se vuelvan a entusiarmar. Saludos, Martin
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