Ayer abandoné a mis amigos de los cerros por una invitación a jugar golf de otro grupo de amigos.
Mientras jugaba, justo en el intermedio, me llama Diego García para invitarme a dar una vuelta en avión, pues el día estaba especialmente apto por lo despejado y la claridad del aire.
No dude un segundo y abandoné esta vez a mis amigos del golf y partí al aeropuerto de Tobalaba.
Ahí me encontré con Diego, su hijo León y su avión.
La dirección que quería hacer era los centros de esquí, así que al pasar por sobre el Alto del Naranjo, empecé a decirle a Diego que capaz que mis amigos anduvieran por ahí, así que dio un par de vueltas sobre el Alto, donde saqué las fotos que aquí muestro.
¡ Fue fantástico !
Espectacular !!! totamente justificado - pienso - tu doble acto de "traición"...a los subecerro primero, y a los golfistas después...
ResponderBorrar...que perspectiva más extraordinaria es la que se consigue desde la altura, ahí está el Alto del Naranjo, fundido con el cerro en su conjunto...
háblanos acerca de lo que te ocurría mientras sobrevolabas...
Te pasate!!! Tremenda aventura!...¿y? ¿te olvidaste de tus amigos que suben cerros en "La Hermita".
ResponderBorrarGracias Gabriel por este acto de rebeldía al grupo y por estas panorámicas fotos que nos vas a tener que explicar y contar todo lo que veías y experimentabas.
Felicitaciones por esos amigos, puedes invitarlos a los cerros algún dia.
Estar arriba del Alto del Naranjo, sobrevolando, era como haber ido, en una emoción de gozo muy íntimo, conectándome con mis amigos de los cerros, que podían ser los que veía ahí abajo, de estar de vuelta con ellos, sin poder asomarme y mover mis brazos y saludarlos como diciendo: he venido, desde otro lado, insospechado, fantástico, otra perspectiva, siempre hay nuevas maneras de mirar lo mismo, y eso que estoy leyendo a Ken Wilber que justamente hace eso.
ResponderBorrarFue fantástico.