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miércoles, 9 de diciembre de 2009

Devota peregrinación al cerro

Este fin de semana (largo para algunos) tocó rotativo doble: paseo el domingo y también el martes. Y los contertulios fuimos los mismos en ambos: Gabriel, Pancho y yo.

El martes nos dimos cita en la Terpel tempranito a las 8. Cual fieles devotos de San Cerro, nos las emplumamos en ferviente romería hacia la variante del cerro de atrás de Altos del Naranjo. Destino nuevo para mí, que mejor.

Comenzamos a subir. Estaba rica la mañana, fresca y luminosa, con una brisita persistente que energizaba y hacía más liviana la marcha. Pronto nos desviamos por el camino de la variante. Ideal - pensé yo - un camino plano bordeando el cerro, sin ninguna pendiente odiosa. Será un paseo tranquilo y relajado, digno de la celebración del día de la Inmaculada Concepción.

Poco me duraría el optimismo: tras cruzar un pequeño río, comenzamos a subir nuevamente. Y esta vez sin ninguna tregua piadosa. No se veía ningún otro tramo planito que permitiera estirar disimuladamente los músculos engarrotados y recuperar el aliento. No quedó otra que pichicatearse un par de veces con el inhalador del asma. A esas alturas, ya se habían esfumado mis ilusiones de un paseo suavecito, apto para el recogimiento y la meditación en tan católica fecha. Luego recordé que muchos peregrinos llegaban a Lo Vásquez de rodillas o arrastrándose. Sería esa la idea de este paseo y nadie me lo había dicho?

Bueno, así las cosas, llegamos al alto, donde descansamos un poco. La música de fondo la ponía una impresionante cascada que caía a lo lejos entre las rocas (una belleza) y, por supuesto, el canto de los pajaritos. Seguimos la marcha y nos desviamos a la derecha por un sendero plano (aleluya!!!) hasta llegar a un pequeño río que corría entre las rocas. Ahí nos instalamos a comer las siempre bienvenidas naranjas de Pancho y unas pasas que llevé yo.

Pronto, mis dos acompañantes decidieron quedar ligeros de ropa. Gabriel se puso traje de baño (me obligó a darme vuelta) y Pancho se sacó la polera. Que bendición. Fui la única afortunada que pudo contemplar tan magnífico espectáculo. Chicas, se lo perdieron, pero hay testimonios fotográficos disponibles para que puedan emitir sus comentarios.

Gabriel hacia sus abluciones y se metía y salía de agua una y otra vez. Estaría haciendo algún ritual de purificación? Se trataría de alguna ceremonia de bautismo con la Pachamama? No lo sé. Lo cierto es que duraba bien poco en el agua. Por su lado, Pancho - sentado en una roca y con el torso desnudo -parecía rendir culto al Dios Sol. Adoraba acaso a Ra, Helios o a nuestro más cercano Inti? Tampoco lo supe. Recordé de pronto que en el camino encontramos un par de novillos muertos. Serían producto de sacrificios carnales practicados por infieles en esas serranías? La verdad es que esta peregrinación se estaba tornado un tanto pagana.

En fin, luego de estas manifestaciones herejes, decidimos ahuecar el ala y comenzamos el descenso. Bordeamos el cerro y empalmamos nuevamente con el camino a Altos del Naranjo. Fue un descenso rápido y tranquilo, solo matizado por el encuentro con otros senderistas que a esa hora iban de subida. Y antes de mediodía, ya estábamos abajo.

Un bello paseo, genial mezcla de lo humano y lo divino.


A pedido del público agregamos estas dos fotos (pueden hacer clic sobre ellas):

2 comentarios:

  1. !Bravo Carmen Gloria!!! una nueva posteadora oficial para nuestro querido blog.

    La próxima vez que te vea te entregaré tu certificado y medalla de novicia postedora.

    Me entretuve mucho leyendo, un lenguaje sencillo, simpático con un tono de humor...!Excelente!

    Un abrazo amiga

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  2. Me sumo a la alegría que otra más se sume a esta actividad de registro y despliegue personal, de nuestros paseos, que son un excelente recuerdo y forma de compartir con los que no subieron. Es notable como en torno a este blog se congrega gente que alguna vez a subido con nosotros, incluso unos que nunca y desde el extranjero.
    Aprovecho de saludar a la Ale Cambiaso que me llamó esta semana desde San pedro de Atacama donde vive y trabaja, y dejó un saludo para todos.

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