Páginas

lunes, 11 de julio de 2016

En día cerrado a Las Vizcachas - El choclo desgranado

Hoy se juntó un lote bastante grande. Llegó, creo que después de cinco años, la Rebeca Domínguez. Fue muy cálidamente acogida y pidió una ruta lo más plana posible, por falta de entrenamiento y un problema en su rodilla izquierda.
Llegaron además, la nueva pareja de mi hijo Diego, con la Elisa, hija de José Salinas, el que no es de Blumos; que está casado con la Lily, Y vinieron José y la Lily.

Solo faltamos la Anne Marie y yo, Gabriel
Además vinieron Pancho Balart, Francisco Toyos, la Alejandra Cambiaso, Víctor Bunster, José Salinas (el otro), la Annemarie y Pablo Mac-Carte, el marido de mi hija Andrea (que no llegó por problemas personales de última hora).

Trece en total. Y eso que el día estaba cerrado nublado, con pronósticos de lluvia para alguna hora del día.

Víctor, Pablo, Anne Marie y Francisco
Bueno, decidimos irnos a la zona del Estadio de la Católica y tomar la ruta hacia la cumbre de las Vizcachas.
Partimos todos los autos en esa dirección y se nos perdió la Annemarie, a la que tuvimos que esperar un rato, a que se encontrara.

Diego Bunster, Elisa Salinas y Pablo Mac-Carte
Partimos todos juntos, luego de pagar las entradas, muchos sin registrarnos, debido a que había demasiada gente en la recepción y queríamos irnos pronto.

Elisa, Pancho, Diego, José Salinas y Pablo
El grupo, en algún punto se fue disgregando, al punto que la disgregación fue amplia.
Partieron a la cumbre de las Viscachas, mi hijo Diego con su polola, la Elisa, su papa José Salinas y el tío (es broma), José Salinas,
Y llegaron a la cumbre, pues hablé con Diego cuando estaba en la cumbre.

foto de Pablo Mac-Carte
La Rebeca, que se fue quedando atrás, fue acompañada por la Alejandra y Pancho, que también se fue a acompañarla. Fue la Alejandra que nos alcanzó para decirnos esto y Pancho partió con ella.

En la cumbre, Víctor, Francisco y la Anne Marie, decidieron seguir más allá, a un mirador de los saltos de Apoquindo y no los vimos más.

Gabriel y Lily
Yo me quedé con Pablo y la Lily, con los que hicimos juntos todos el descenso.

La verdad, al menos para mi, no hubo la tradicional cumbre con comistrajos. Fue algo que me faltó, por la conversa y chacoteo que ahí se produce.

Diego, la Elisa y su padre, José Salinas, en la cumbre de Las Vizcachas
Buenas conversas, como siempre y buen ejercicio, bien social, como a nosotros nos gusta.

La Lily se quedó esperando en la recepción a José mientras Pablo y yo seguimos hasta los autos.

faltan Víctor (sacando la foto) y la Anne Marie que andaba perdida
la familia
Nota: después de haber escrito lo de más arriba recibo de Francisco Toyos, este texto:

El choclo desgranado.

Hoy fue un día raro para Los Subecerros.

Fuimos 13 en la partida, los cuales veniamos quizas en 10 autos.
Reaparecio la Rebeca Domínguez después de muchos años de ausencia.

Buscando un destino más fácil, para que se vaya adaptando nuevamente al grupo, alguien sugirió ir a San Carlos de Apoquindo, idea que fue apoyada por la mayoría.
Como el destino es lejano, no se opto por el tradicional viaje en furgón escolar (Dirk no esta... para incentivar esa modalidad).
Por lo que todos los autos partieron a San Carlos de Apoquindo, cosa que provocó la perdida de alguno de los conductores.... comenzó desgranado el choclo.

salto de Apoquindo
Logramos re-encontrarnos en San Carlos y luego de pagar la entrada partió la caminata.
El consenso fue ir la Morro de la Papa, nombre nuevo para un antiguo morro.
La decision de Pancho fue ir desde alli, por el "traverse" hasta el protezuelo que permite admirar a la distancia el Gran Salto Apoquindo.
Esa decision no pudo ser comunicada al grupo que a esa altura tenia nuevamente un importante componente de desgranado.


El el trayecto se quedaron atrás la Alejandra y la Rebeca.
En algún minuto la Alejandra se adelanto y nos comunicó que la Rebeca no seguía.
No se si por solidaridad con la Rebeca o como una forma de escapar a seguir subiendo, la Alejandra y Pancho optaron por acompañar a la Rebeca.
Tres granos del choclo que nunca más vimos.


El resto del grupo siguió y como iban separados, la "orden" de Pancho no llegó a los líderes que siguieron rumbo al Alto de las Vizcachas.
Solo llegamos al destino dictaminado por Pancho tres de los trece integrantes de la partida. Víctor Bunster, Annemarie Jacob y Francisco Toyos, los que disfrutamos de deliciosas mandarinas y frutos secos mirando a la distancia el Gran Salto Apoquindo.


A la vuelta, cada cual se fue con su cada cual y llegamos en tiempos diversos a los autos y abandonamos el lugar, sin la tradicional cohesión de Los Subecerros.
Un día diferente, de "Choclo Desgranado", que espero haya sido del gusto de los tórtolos que nos acompañaron por primera vez.

Saludos,

Francisco

3 comentarios:

  1. Gracias subecerros por la acogida y comprensión. Se pasaron!!
    Aunque fué para mi más cortita la subida, no saben lo que disfrute su compañía y el volver a respirar naturaleza en el más amplio sentido de la palabra...sus olores, sus sonidos y colores me dejaron como nueva.
    Gracias especialmente a Pancho y la Alejandra que me acompañaron hasta abajo.


    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Rebeca.
      Espero que sea una reaparicion real y no solo de una vez..... Fue muy grato verte.
      Saludos,

      Francisco

      Borrar
  2. Copio una nota escrita en el 2015 por Alejandro Cabrera que explica el Santuario existente en la cumbre del Alto de Las Vizcachas.

    Hace un año, plante en la cima del cerro Alto Las Vizcachas, 4 Cedros del Líbano, en memoria de mi hijo Fernando, fallecido a los 24 años, en navidad del año 2007.
    Estos nobles, hermosos y místicos arboles, reconocidos también como "Símbolos de la Eternidad" por su larguísima vida, viven en ambientes cordilleranos y son capaces de soportar el rigor del clima y la pobreza del terreno propios del lugar. El lugar lo bautice como "El Santuario de Los Cedros" y pretende recoger todo el dolor y la esperanza asociada a la muerte de un hijo, de cualquier hijo, de todos los hijos.
    El lugar es un lugar abierto, de todos y para todos. Sin embargo fue necesario colocar una cerca como protección contra el ganado del sector que hicieron mucho daño a los arboles en sus primeros meses.
    Si suben y se encuentran con ellos, solo les pido que no los dañen. Si los cuidamos podrán sobrevivir a muchas de nuestras generaciones futuras.
    La ejecución de este proyecto cuenta con el patrocinio de la Asociación Parques Cordillera y de la Universidad Católica de Chile.

    ResponderBorrar