Paso a buscar a Fernando Saavedra a las 8 en punto. Llegamos a la Shell como 20 minutos antes, así que pasamos a comernos algo al local de la estación de servicio.
Ahí estábamos sentados y vimos llegar a José, luego la Jeanie y a Dirk.
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el Charol, Fernando Saavedra, Dirk |
Al ir a su encuentro, la Jeanie nos dijo que ya estaba el destino decidido. Fernando le hizo una propuesta que la Jeanie no pudo rechazar: quería llevarnos a una ruta nueva, en el km 8,5 del camino a Farellones, que llamó "
Quebrada seca".
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ascenso en fila india; Fernando liderando |
Para allá partimos en el auto de José, un Jeep Cherokee rojo. Cuando habíamos llegado, recibo llamado de mi hija Andrea y su pareja Pablo, que venían detrás de nosotros. Los esperamos y con ellos completamos el grupo de 7 que seriamos.
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hay un punto desde donde se ve el manchó verde del
Vallecito y justo arriba, el Alto del Naranjo |
Para tomar esta ruta hay que pasar por la casa del Charol o Charola, no lo se bien. Fernando tiene una larga relación con él y fuimos presentados formalmente, para poder acceder en el futuro por ahí.
El Charol, que vive ahí con su familia, nieto incluido, nos acogió amablemente. Conversamos con él un rato y luego iniciamos la caminata cerro arriba, por esta estrecha quebrada.
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manchón amarillo |
En la primera parte, muros de rocas de gran altura nos rodeaban. En algún punto, nos elevamos por una subida empinada y pasamos a algo mas suave, tanto en el ascenso, como en la geografía alrededor nuestro.
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jardín multicolor |
Fernando iba en la delantera; él nos había traído aquí y por lo tanto íbamos a su ritmo. A sus 83 años, no podía ser muy rápido; para mi estaba bien, pues disfrutaba mirando alrededor.
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la Jeanie en la delantera, Dirk detrás |
Efectivamente era un ascenso más bien sombreado, cosa que Fernando había augurado, especialmente por la vegetación en que andaríamos. Si hasta por el bosque de Blanca Nieves anduvimos; una bella y breve formación boscosa.
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lo primero que atrapó mi atención en la casa del ermitaño
Pablo, es este lechoncito alimentándose de su mamá |
El sendero era firme y claro, nos enteramos que la razón era que más arriba vivía un ermitaño, Pablo, rodeado de chanchos, cabras, corderos y gallinas.
Efectivamente a su casa llegamos, pero él no estaba. Ni para mediaagua daba, en un estado bastante deplorable y lleno de animales tirados por todos lados; chanchos más que nada.
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corral con caballo, en la casa de Pablo, el ermitaño |
En un momento, la Jeanie, Dirk, José y yo, pasamos adelante y arremetimos a un ritmo de verdadero ejercicio para nosotros. Pasamos la casa de Pablo y seguimos un tanto más adelante, donde bajo una sombra hicimos nuestro habitual pic-nic y comimos frutos secos de Jose y Dirk.
Echamos de menos las naranjas de Pancho, por supuesto.
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la casa del ermitaño Pablo, con bandera chilena |
Al volver, pasamos por la casa de Pablo y ahí estaban todos los faltantes. Pablo, el pololo de la Andrea, mi hija, muy dedicado a la fotografía.
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chancho macho, la hembra al lado y el hijo al otro lado |
El paseo muy bello, con mucho verde, brisa que sube por la quebrada, que nos refrescó en este día totalmente despejado, con una temperatura presupuestada de 32 grados; aparte de lo boscosa de la ruta. Muy recomendable para esta época del año.
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el gallo que nos recibió donde el ermitaño Pablo |
De los temas, uno fue la recomendación de una experta en golfing, un tratamiento moderno para dolores extraños de por aquí y por allá. El dato es
Paulina Cordova, su fono es el 7-9687186 y su mail es paulina7000@gmail.com, atiende para Rolfing y Pilates en Colon 7000, un local en el primer piso.(Dirk's) ...
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partiendo del punto de cumbre, Dirk, Jeanie y José |
Y con la Jeanie, buenas conversas más elevadas, de los
vedantas, escuela de la que sabe bastante, y de cuyas fuentes me respondió a la inquietud histórica mía, de porqué es malo mentir.
La mentira es una acción del Ego, que busca engañar. Los vedantas solo atienden al desarrollo y mirada interior. De ahí la meditación y tener el órgano de observación del propio interior lo más limpia posible, y tanto la mentira como la duda, nos señaló la Jeanie, pervierten la mirada verdadera y desinteresada, necesaria para el desarrollo interior.
La Jeanie dicta unos talleres de estos temas, que bien vale la pena darse una vuelta.