Páginas

domingo, 30 de noviembre de 2008

Por el Cañón de La Diputada



Hacemos gloriosa entrada por imponentes muros rocosos que nos introducen al sagrado paisaje de este valle; predominan grandes rocas de diversas formas dando la impresión de ser como cimientos de estos parajes e incluso algunas de ellas forman figuras que semejan guardias o centinelas de estos verdaderos jardines.


Desde un comienzo el paseo promete sorprendernos, Pancho y Gabriel conocedores de estos terrenos nos comparten a Miguel y a mi (Rebeca) algunas anécdotas de anteriores subidas que nos estimulan aún más a iniciar el recorrido.

De principio a fin el maravilloso paisaje nos impacta y por donde se mire, arriba-abajo, izquierda-derecha, la belleza de montañas y cerros, aves y chicharras, suelos, pisadas, nos conectan a esta tierra que envuelve los sentidos de colores, sonidos, sabores y olores que se regala a cualquier persona que tenga la osadia de venir a visitarlos sin aviso.

Aparece un escenario armonioso que funciona de maravilla en un diálogo permanente entre lo masculino de las grandes rocas gruesos cimentales de este terreno fértil y femenino, lleno de preciosas plantas y flores, ambas energias se retroalimentan creando y recreando a cada instante este espectáculo natural de una belleza estremecedora. Sin embargo había en el aire cierta distorsión, disparos de escopetas se escuchaban a lo lejos afectando la total sincronía con el entorno.

Llegamos sin tardar a un inmensa planicie cubierta de pasto y flores provocando tal impresión a los ojos que me dejan sin respiro provocando más de un suspiro que aflora espontáneamente desde el corazón...la alegría se apodera definitivamente de mi.

La semana había sido pesada, fín de año es algo caótico y la conversación aflora espontáneamente entre estos cuatro amigos caminantes, produciéndose este maravilloso juego que es "la comunicación", estimulados por lo precioso del lugar que nos provoca escucharnos con respeto y cariño. Grandes ideas y valiosos aprendizajes han nacido gracias a esta práctica de apoyarnos unos a otros como buen equipo de la vida que somos.


Pero la distorsión nos acompañó durante el trayecto y la riqueza del bendito diálogo se interrumpió en forma violenta.




El hecho de venir a buscar naturaleza para observarla y sentirla meterse hasta por los poros es un acto amoroso para el alma, es como tomarse con un gran cucharón de un potente tonificador vivo. Es simple, sólo hay que venir con los oídos muy limpios y sin escopeta ...la ocasión lo merece.

3 comentarios:

  1. Bravo Rebeca; el oficio se ha instalado y entiendo que Jorge te llame y felicite por tus reportes, tan llenos de colores, sonido en imágenes.
    Que buen recuerdo.

    ResponderBorrar
  2. gabriel:

    Tus fotos ayudan mucho.No alcanzo a etiquetarlas...se ma hace tarde y el sueño me viene fuerte.

    ResponderBorrar
  3. Felicitaciones por el entusiasmo permanente (y las fotos!!)

    ResponderBorrar